English versionSeahorses
Version françaiseHippocampes
Deutsche versionSeepferdchen
Nederlandse verzieZeepaardjes
Versión EspagñolaCaballitos de mar
Verzione ItalianoCavallucci Marini
Versão portuguesaCavalos marinhos

Caballitos de mar

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En este sumario encontrará casi todo lo que se debe saber de caballitos de mar (caballito de mar), para que tus caballitos de mar puedan evolucionar en las mejores condiciones.

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Mantenimiento

Syngnátidos a bandas
© foto 28 Syngnátidos a bandas
Caballito de mar
© foto 64 Caballito de mar
Ojos
© foto Caballito de mar ojos
Cabeza
© foto  41 Caballito de mar cabeza
Esqueleto
© foto 40 Caballito de mar esqueleto
Detalles macho
© foto 50 Caballito de mar detalles macho
Detalles hembra
© photo 51 Caballito de mar detalles hembra


El tamaño y el color del caballo de mar varían en función de las numerosas especies y subespecies existentes, que parecen llegar a alrededor de 60 para el hippocampus; desde 2,5 cm de longitud para el enano-pigmeo del Golfo, hasta los 35 cm para el hipocampo gigante del Pacífico. En Europa, alcanzan aproximadamente 15 cm como máximo. Pertenecen a la familia syngnathidae que incluye alrededor de 220 especies. Su duración de vida se estima entre los 2 y los 4 años en acuario. En el medio marino, vive en principio entre la superficie y los fondos poco profundos, cerca de las algas y de los herbarios, su vida sería de 5 a 7 años dependiendo de la especie.

Compre los hippocampus solamente en comercios especializados en acuariofilia o en ganaderos privados, ya que están acostumbrados a vivir en un acuario y a la comida paliativa (por ejemplo :hippocampus-hippocampus, erectus, guttulatus, histrix, reidi). Otras especies por lo general se niegan a alimentarse en cautividad con comida paliativa o simplemente no se adaptan, lo que haría necesario conseguir alimento vivo idéntico al que se encuentra en su medio natural.

Cuando compre hipocampos en un comercio, compruebe que estén bien fuertes (vientre no hundido, signo de enfermedad o de desnutrición), lo que demuestra que se alimentan bien y sobre todo a qué alimentación se han habituado. Observe su comportamiento, que debe ser totalmente normal, que no existan anomalías en el cuerpo, los ojos, etc. (véase el capítulo de las enfermedades). No compren un recién llegado, espere siempre un mínimo de 3 semanas. Sin embargo si ven una pareja no los separen compren los dos serán reconocidos.

Por otra parte, es necesario informarse bien sobre la compatibilidad y las necesidades de las especies antes de mezclar la población de caballitos de mar en una pecera.

El esqueleto se constituye de una columna vertebral que no difiere mucho de la de otras especies de peces, exceptuando algunas peculiaridades propias, que otorgan al caballito su estatura y postura única. Está recubierto de placas dérmicas que le protegen y forman una coraza que sustituye a las escamas del pez. El hipocampo posee dos aletas bronquiales con las cual se dirige, una caudal para propulsarse y una pequeña anal que contribuye al equilibrio. Su cola que es normal, sirve para sostenerse, y la emplea como balancín en caso de nado al contrario. Sólo tiene un riñón y carece de estómago. El macho posee una bolsa incubadora externa visible desde la edad de los 5 a 6 meses si se fuerza la vista, que permite entre otras cosas distinguir los sexos. El aspecto de su tórax es liso, mientras que el de su compañera es en dientes de sierra. Su cabeza está colocada en ángulo recto con relación al cuerpo y termina en un hocico tubular sin dientes que le permite aspirar las presas. La longitud y la apertura de este órgano varía según el género. Mientras más pequeño es, mayor es la dificultad de sujetar el alimento, sobre todo en los acuarios. Provisto de una visión muy desarrollada, es capaz de percibir lo minúsculo y puede mover sus dos ojos de manera totalmente independiente, uno a la derecha y el otro hacia abajo por ejemplo. Esta preciosa facultadle permite darse cuenta simultáneamente de un peligro eventual, realizar u observar otra cosa. El hipocampo está dotado de un oído desarrollado y su olfato es igualmente bueno. Se comunica con sus congéneres emitiendo sonidos imperceptibles para el oído humano. Las vibraciones provocadas de este modo pueden, sin embargo, sentirse cuando se tiene su cuerpo entre los dedos, (este tipo de manipulación deberá evitarse salvo en caso de necesidad imperativa), es decir cuando hay que sacar a un herido del agua para su desinfección) e incluso más vale mantener su parte respiratoria en el agua (cabeza). Asimismo tiene la posibilidad de adaptar, e incluso modificar su color en función del entorno en el que evoluciona o dependiendo de su estado de ánimo, para protegerse de los depredadores, según unos, y según otros, para engañar las presas codiciadas. Lo que sí es cierto es que en acuario, tiene la tendencia de ensombrecer en caso de estrés o cuando está incómodo, mientras que cuando está satisfecho o durante la época de apareamiento su color se aclara mediana o intensivamente.

Alimentación


Artemias
©  foto 14 Artemias
La Comida
© foto 71 Caballito de mar la comida
La Comida
© photo 04 Caballito de mar la comida
Mysis
©  foto 15 Mysis

He aquí una dificultad para el acuariófilo que no dispone de lo que está presente en el comercio o debe criar el alimento vivo él mismo. Los caballitos de mar se alimentan principalmente
de plancton y de pequeños crustáceos en su contexto habitual.

Afortunadamente, en cautividad, aceptan una alimentación paliativa viva o congelada (porciones descongeladas antes de su distribución y no distribuir el jugo), principalmente "artemias salinas". Las "misis" y "cíclopes" son en principio igualmente de su agrado. En cuanto a los "krills" y a las "dafnias" tan sólo los comen si la longitud de su boca se lo permite, pero aparentemente no les atrae mucho. Los "microgusanos" pueden ser tolerados por algunos. Cuando se adquiere un nuevo huésped, cabe habituarle progresivamente a este tipo de alimentación, lo que por otro lado deberá haberse puesto en marcha por el establecimiento. La frecuencia de distribución de alimento es de 2 veces al día. Una veintena de presas al día por individuo para ser bastante para mantenerlos en forma. Por supuesto, si recibe más, no se quejará, pero cuidado con la contaminación. La misma comida puede también darse viva de vez en cuando: contribución suplementaria en vitaminas y serán felices.

Si usted no es muy sensible, es posible distribuirles de vez en cuando gambas vivas "palaemonetes", de los que únicamente succionarán la sangre. Durante la caza, los hipocampos forman un círculo alrededor del crustáceo y, con una estrategia que les es propia, matarán al animal antes de vaciarlo. Pueden también dar alevines de guppies.

Por lo que se refiere a los syngnátidos = peces pipa (doryrhamphus dactyliophorus, por ejemplo) necesitan tener erizos de mar y piedras vivas en el acuario. Aceptan difícilmente la comida paliativa. A menudo aceptan los artemias (de pequeñas importancias o larvas), los cíclopes u otros copépodos y amfipodos. Cuánto veces alimentarlos ? También 2 veces al día (Normas de mantenimiento = idénticos a las de los caballitos de mar).

El momento de la comida es esperado con gran impaciencia. Se reagrupan delante del cristal del acuario, desplazándose de manera más viva de lo habitual. Una vez saciados, la calma habitual retoma su curso. Si persisten en comportarse de la misma manera tras la distribución, la cantidad dada puede revelarse insuficiente. Recordemos sin embargo que estamos hablando de animales que pasan el día comiendo en su entorno habitual, y que no hay que exagerar, nuestras peceras no pueden contener una cantidad de desechos razonable. La alimentación es un momento importante en la vida de los hipocampos, detiene las bombas durante las comidas.

Es difícil saber cuánto tiempo puede estar un caballito adulto sin comer, y cuáles pueden ser las repercusiones sobre su organismo, Un plazo de 2 a 3 días es suficiente siempre que anteriormente haya sido bien alimentado y goce de buena salud. PERO LO DESACONSEJO ENÉRGICAMENTE. Un caballito debe poder comer regularmente. Todo dependerá además de si encuentra las presas en el acuario o no, y en qué cantidad. Más allá de este término, puede desencadenarse un debilitamiento, con las consecuencias que se desprenden. De todas formas, se encontrará mejor y le agradecerá si come siempre cuando tiene hambre. Hay que recordar que en el mar, los hipocampos pasan sus días comiendo todo lo que se les pasa por el 'pico'. Un caballito subalimentado está estresado y triste!

Durante las comidas los adultos como los bebés pueden asfixiándose, es necesario siempre supervisarlos (ver capítulo la cría - alimentación).

Un inquilino recién llegado se mostrará temeroso. Sea paciente, cuando recobre la confianza y le conozca, llagará a comer de sus dedos.

Otro punto importante es evitar cualquier carencia de vitaminas y oligoelementos. Se recomienda enérgicamente que añada regularmente al agua de la pecera soluciones líquidas a este efecto (sobre todo en caso de utilización de carbón, de una espumadera o de una bombilla UV, o simplemente con motivo de la escasa de variedad de alimento).

Comportamiento y estado de ánimo, la vida en el acuario


Female
© foto 29 Caballito de mar
Male
© foto 16 Caballito de mar
Males/Females
© foto 68 Caballitos de mar hembras machos
Males/Females
© foto 67 Caballitos de mar hembras machos
Pterapogon kauderni
© foto 90 Pterapogon kauderni

Tal y como se ha descrito en estas páginas, los caballos marinos son muy frágiles y temerosos, en particular cuando llegan a un nuevo hábitat. Tienen tendencia a considerarle como un peligro potencial e intentan ocultarse, se fijan a un elemento y dejan de moverse. Esta situación puede perdurar algunas horas o unos días. Los machos son de naturaleza aún más reservada y desconfiada. A pesar de todo hay que velar por que se alimenten más o menos normalmente, y sobre todo tratarlos con dulzura. La cuarentena es de rigor, por supuesto.

Una vez acostumbrados, van y vienen sin preocuparse demasiado por el resto. Nadan en vertical, se acercan a usted en cuanto le perciben, (principalmente cuando tiene hambre), y demuestran una gracia natural enrollando su cola y efectuando lo que podríamos comparar a un baile, intentando además maravillar al observador o aun compañero sexual. Parecen igualmente sensibles a la voz humana.

A lo largo de la jornada, indagan los fondos en busca de alimento, pasean por el acuario, se entrelazan por la cola o duermen. Un caballito tiene además la capacidad de nadar al contrario, constatado más en el caso del macho, ya sea por que posee los huevos en su bolsa (en cantidad demasiado grande o asociada con un poco de aire), bien por diversión (sobre todo en los alevines), e incluso para percibir mejor los microanimales del suelo que se mueven. Las hembras aprecian menos este tipo de desplazamiento. Sin embargo, si el individuo no recuperar su posición al derecho tras varios días, la causa podría ser un problema como una enfermedad.

De naturaleza muy tranquila e indolente, apenas les gusta las mezclas de población. Una pecera destinada a los hipocampos deberá preferiblemente albergar animales de la misma familia. Deberá evitarse cualquier tipo de pez, a excepción de una o dos especies, por ejemplo el pterapogon kauderni, (muy tranquilo y que vive en pequeños bancos bastante cobardes), ya que si fuese demasiado turbulento y rápido, esto no solamente estresaría a sus huéspedes, sino que provocaría además un problema de alimentación. En efecto, un pez absorbe todo el alimento de manera ultra rápida, mientras que el hipocampo se toma todo su tiempo. No soportaría probablemente este tipo de competencia. Ciertos invertebrados son asimismo desaconsejados, o deberán insertarse con prudencia, ya que pueden capturar, herir con mayor o menor gravedad o molestar a los hipocampos. Ejemplo: una gamba stenopus, en principio relativamente inofensiva e incluso útil para la desparasitación de los peces, pasa el tiempo vigilando y a atacara los habitantes de la pecera, llegando incluso a matar a mis syngnathes a bandas (doryrhamphus dactyliophorus), intentando seccionarlos en dos.

Hechos para vivir en pequeños grupos, parece que se crean afinidades particulares entre los hipocampos machos y hembras, o en el seno del mismo sexo. Sin embargo hay que observar y evitar, por una razón u otra, separar a dos o más individuos. Éste o aquellos que permanezcan pueden sufrir las consecuencias de un estrés considerable, o el rechazo de alimentarse. Esto s lo que ocurre a veces cuando desaparece accidentalmente uno de ellos.

A los nuevos en llegar puede costarles integrase. Ciertos caballitos muy sociables, debido a su naturaleza, los aceptan sin reticencias. Pero otros no lo ven con el mismo ojo, (especialmente las hembras, debido a la codicia de los favores de los machos, pero como en cualquier grupo, puede darse sujetos de cada sexo difíciles). En tal caso, observan largo y tendido a los intrusos, balanceándose de izquierda a derecha, o dando vueltas alrededor (de la misma manera que observan a una presa), y con su hocico dan golpes a sus futuros compañeros. Pueden hacer también como si les ignorasen y furtivamente, con mayor o menor frecuencia, infringirles el mismo tratamiento. El único medio en caso de conflicto, es separar el atacante del atacado en el seno del mismo acuario, para habituar progresivamente los unos a los otros. En caso de que se fracase, renuencia a cualquier nueva introducción. Una vez hayan crecido los alevines y hayan sido separados de sus padres, llegando a ser completamente desconocidos, pueden ser sometidos a la misma norma. Más vale entonces constituir la población en una sola vez, ya que cada uno estará preocupado por el reconocimiento del medio y buscará sus referencias. Por el contrario, si un miembro debiera ser separado de los otros por poco tiempo, el retorno debería tener lugar sin contratiempos. En cuanto a los jóvenes caballitos, (hasta unos 6 u 8 meses), habituados a vivir en grupo, y principalmente cuando han sido criados en cautividad, acogen en principio a los nuevos sin demasiada reticencia y sin agresividad.

Algunos sospechan que los hipocampos atacan , e incluso devoran a sus pequeños al nacer. Personalmente, nunca he visto entre mis huéspedes (200 caballitos) el ataque a los alevines recién nacidos, ni a los de la pareja vecina. Es posible que esto se produzca cuando los adultos están hambrientos, o incluso cuando un espécimen sea de naturaleza demasiado agresiva. En este último caso, tampoco se llevará bien con sus congéneres.

Aunque algunas personas, incluso entre los especialistas, se piensa o se constata que los hipocampos no se reproducen más que muy difícilmente en cautividad, y sobre todo, que la cría se salda con fracasos, no comparto la misma opinión. Si existe una ausencia total de resultados, por una parte es únicamente debido al desconocimiento, a la falta de tiempo consagrado, y por otra parte debido a que las numerosas exigencias no se han cumplido. Personalmente, no poseo más que animales que han resultado d mi propia cría, y que entre ellos mismos siguen acoplándose.

Si sus huéspedes se encuentran totalmente a gusto, no le costará ningún trabajo asistir a numerosos apareamientos y nacimientos. Un caballito en forma está absolutamente dispuesto, al igual que los otros peces, a perpetuar la vida. Por supuesto, no afirmaría que criar los más pequeños sea cosa fácil, muy al contrario, pero en comparación de la enfermedad...

Reproducción - Apareamiento, nacimiento


Apareamiento
© foto 30 Caballitos de mar apareamiento
Apareamiento
© foto 17 vientre contra vientre
Huevo
© foto 33 Caballito de mar huevo
Nacimiento
© foto 31 Caballito de mar nacimiento
Nacimiento
© foto 32 Caballitos de mar nacimiento

Un macho puede no conformarse con una sola hembra. En efecto, si ésta última no produce suficientes huevos, puede solicitar una compañera suplementaria. Ella busca un segundo portador, de ahí la necesidad de tener un buen equilibrio de la población mediante una mayor presencia de machos que de hembras, ya que ellas pueden agotar a sus compañeros imponiéndoles una carga muy frecuente o muy pesada. A falta, atención a los posibles conflictos.

Se me han facilitado artículos para leer que avanzaban que los machos, demasiado agotados por el apareamiento, morían casi siempre, y en su medio natural. Esta información es de una gran inexactitud. Si ese fuera el caso, bien no se ha respetado la primera regla mencionada anteriormente, o bien el animal está enfermo a reducido por otros motivos, o es demasiado viejo.

Los hipocampos se reproducen en principio con la frecuencia de más o menos una vez al mes. Las estaciones propicias sonde abril a octubre, pero pueden prolongarse a todo el año. Todo dependerá del medio de vida, aguas templadas o aguas tropicales. La madurez sexual se alcanza alrededor de los 6 meses. Las primeras puestas pueden no ser vables, lo que no está constatad. Criados en cautividad, no dejarían de multiplicarse. El acoplamiento de los hipocampos dura varias horas, durante las que el macho emite pequeños gruñidos para atraerá la hembra o hembras. En conjunto efectúan un ritual que parece un ballet, se entrelazan, nadan activamente en todos los sentidos, hacen reverencias por todas partes. Durante esta ceremonia, de una gran elegancia, el macho va a fecundar los huevos producidos por su compañera. En varias veces abre su bolsa, permanentemente inflada y casi translúcida, con sobresaltos., sin por tanto ralentizar o abandonar su búsqueda y cortejar a su amada.

Una vez llegado el momento, los compañeros se ponen varios segundos vientre contra vientre. La hembra aprovecha para insertar su tubo de puesta en la bolsa del macho y transmite sus huevos. En tanto, el macho muestra su contento coleando unos segundos y balanceándose. Hará que los huevos maduren y después los alevines, hasta el momento del nacimiento. Entonces, la bolsa del macho, flácida hasta entonces, será redundante y firme, e incluso estará distendida (gran puesta). Una vez pase al estado de la redondez, a la de pequeñas protuberancias, los pequeños completamente formados no tardarán mucho en venir al mundo. Con una buena luz de perfil, es posible distinguir en transparencia, no solamente los huevos, sino además los futuros caballitos. Un macho en buen estado de salud dará a luz en vertical, en principio episódicamente en el mismo día. Estará relativamente estresado, se doblará en dos, abrirá su bolsa, empujará fuerte, hasta que uno o varios alevines sean expulsados como una proyección.; (un caballito enfermo da a luz en el fondo y muere a menudo tras la liberación de los pequeños). Parece que éstos últimos estén protegidos de la enfermedad. Desde el nacimiento, los padres dejan de ocuparse de su prole.

Zafarrancho de combate. Dos o tres semanas después del acoplamiento (dependiendo de las especies), de una a varias decenas de alevines de unos 10 o 15 mm llegan. Los bebés caballitos son copia certificada de los adultos, en miniatura, y en seguida son capaces de alimentarse. Una vez fuera del su mullido nido tienen tendencia al pánico los primeros instantes, dan vueltas sin cesar y se acercan a la primera cosa que encuentran. Los más valientes comienzan a nadar inmediatamente de manera frenética y torpe. Los primeros días y semanas, tan sólo se aplican en perfeccionar las técnicas de natación, en comer, en pelearse y en dormir.

Durante los 4 o 5 primeros meses, tienen la capacidad de cambiar varias veces de color, pasando por ejemplo de un marrón al blanco lechoso, al amarillo y viceversa. El color definitivo se fijará entre 3-5 meses y se parecerá, en principio, en algunos detalles, al de sus padres. Puede darse incluso que uno o varios alevines elijan adoptar un derivado duradero, sin duda por las mismas razones que empujan a sus mayores a este estilo de modificación temporal. Los diferentes cambios se producen en principio en una sola noche.

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* Traducción española con ayuda de mi amigo Pierre

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